Mathew Ames tiene que vivir cada día sabiendo que la pérdida de sus brazos y sus piernas se pudo haber evitado si los médicos hubieran escuchado su instinto de que él estaba sufriendo de algo mucho más que gripe.
A este padre de familia de Brisbane, Australia, le amputaron sus cuatro extremidades en junio de 2012, después de sufrir de un caso grave de síndrome de shock tóxico; el cual casi acaba con su vida.
El hombre de 42 años de edad, afirma que su discapacidad se pudo haber evitado y ahora se encuentra interponiendo demandas por daños y perjuicios; con el propósito que sean compensados, para que su esposa no tenga que estarle cuidando y trabajando a la misma vez todo el tiempo.
Este padre amoroso tiene cuatro hijos; Lucas de once años, Ben de diez, Will de nueve, y Emily de cinco, habla de lo triste que se le hace saber que su discapacidad pudo haberse evitado. “Podría pasarle a cualquiera, pero no debería ", dijo en un comunicado en su página web. "Espero que mi caso pueda aumentar conciencia de la gravedad potencial de estas infecciones y la necesidad de tratamientos urgentes para tratar de evitar un incidente similar. Si mi caso puede ayudar a otros, entonces para algo habrá de servir mi situación. "
Mathew asegura estar entusiasmado por el apoyo que ha recibido de la comunidad, incluyendo las ayudas que ha recibido a través de su Fundación Renovación Mathew. “Ese apoyo ha sido fundamental para poder alcanzar este estado de recuperación al que he llegado, y guardo la esperanza de poder ayudar a otras personas que estén pasando por situaciones similares, ya que podrían no recibir el apoyo que yo he recibido ", dijo.
Mathew tenía 39 años cuando empezó a experimentar un dolor de garganta y luego terminó yendo al hospital donde creyeron que tenía un simple caso de gripe.
A principios de junio de 2012, fue al médico; ya que sospechaba que sufría de algo más que una gripe común y luego tuvo bastantes dificultades en el trabajo el resto de esa semana.
Pero para el fin de semana siguiente, Matthew fue a la sala de urgencias en el Hospital Mater en Brisbane; donde explicó sus síntomas, como vómitos y una erupción en su muñeca, antes de que le dijeran que estaba experimentando síntomas similares a la gripe.
Unos días más tarde, Matthew comenzó a sentir que algo grave estaba sucediendo, cuando la erupción se extendió por todo el brazo; y fue cuando solicitó a un médico en su casa, quien también le dijo que tenía gripe y le sugirió que tomara Panadol.
Sin embargo, el día siguiente, tuvo que ir de nuevo a ver a su médico de cabecera, cuando sus manos empezaron a hincharse, ya que la erupción continuaba propagándose y estaba comenzando a experimentar dificultades para moverse.
En la cita con el médico, le volvieron a informar a Mathew que tenía gripe, y por tal razón, le sometieron a la prueba de Fiebre del Río Ross, como una posibilidad, sin embargo tuvo que regresar a urgencias en la tarde, ya que su estado había empeorado.
19 días después, Mathew le dio a su esposa la noticia más terrible de toda su vida: Mathew había contraído fiebre escarlata; lo que terminó en síndrome de choque tóxico, y por lo tanto tuvieron que amputarle sus cuatro extremidades para poder salvarle la vida.
Aunque los médicos tuvieron la culpa por no haberle diagnosticado la enfermedad a tiempo; Mathew y su esposa ahora han establecido demandas; ya que necesitan dinero para poder solventar su discapacidad actual; ya que necesitan prótesis; terapias, una persona que le esté cuidando, cuidado de la familia, sustento de la familia; y sería como mínimo, lo justo; después de este gran daño que le causaron. Y a pesar de todo, Mathew y su esposa manifiestan que no piensan seguirse quejando toda la vida; ya que no ayudaría en nada; y lo único que ayuda ahora, es el amor y el apoyo que compartan en su casa.
Por lo tanto si legas a sentirte triste en algún momento porque te falta dinero; recuerda que no todo en la vida es dinero; recuerda que lo más importante es el amor y el apoyo de tu familia; que es lo que le ha ayudado a este hombre a seguir.
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