Para trabajar, para ir a hacer mercado, para estudiar, para los niños, para la pareja, para los amigos, para la familia, tiempo para todo y a la vez cada vez, menos tiempo.
Es curioso evidenciar como a medida que avanzamos en tecnología, en podernos comunicar con mayor facilidad, justamente el tiempo para uno mismo, para dedicar a las cosas que tanto nos gustan se va perdiendo, hoy le llaman personal de confianza a quien a parte de su horario se queda dos o tres horas más para tratar de culminar con la interminable lista de funciones por realizar.
Estamos cada vez más saturados de cosas por hacer y a veces en este hacer donde también encontramos el tener, se nos va acabando el tiempo para SER, ser felices, ser pausados, ser tranquilos, en fin. No se trata de pausar y dejar a un lado las responsabilidades, se trata de poder cumplir y a la vez vivir, vivir plenamente con un sentido más profundo que el solo cumplir horarios.
¿Qué cosas sientes que has dejado de hacer? ¿Qué has postergado por tratar de cumplir con el gran listado de pendientes? Pero lo más importante es, ¿cuándo evocas aquellos tiempos donde si lo hacías? ¿Qué sensaciones de bien estar llegan a tu cuerpo? Regálate un tiempo para solo SER.

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